“Viejismo: Desafiando los prejuicios relacionados con la edad”

Así como el racismo y otros tipos de discriminación, el viejismo es una forma de prejuicio que afecta a millones de personas en todo el mundo. Este término, aunque menos conocido, describe los estereotipos, ideas preconcebidas y actitudes negativas hacia las personas mayores. A menudo, estas creencias se basan en paradigmas sociales que limitan las oportunidades y la dignidad de los adultos mayores.

¿Qué es el viejismo?

El viejismo es la discriminación basada en la edad, especialmente hacia los adultos mayores. Se refleja en actitudes cotidianas como asumir que las personas mayores son frágiles, lentas o incapaces de adaptarse a los cambios. Estos prejuicios, aunque a menudo inconscientes, tienen un impacto significativo en la autoestima y el bienestar de quienes los padecen.

Los paradigmas más comunes del viejismo

1. Asociar la vejez con la demencia senil

Uno de los prejuicios más extendidos es pensar que envejecer significa inevitablemente perder la memoria o desarrollar enfermedades como la demencia senil. Aunque estas condiciones son reales, no son una regla universal ni definen a todas las personas mayores.

2. Reducir a las personas mayores a los roles de “viejitos” o “abuelos”

Etiquetas como “viejitos” o “abuelos” son comunes, pero pueden reducir la identidad de una persona a su edad o rol familiar. Los adultos mayores son individuos con intereses, historias y habilidades únicas que van más allá de estas etiquetas.

3. Presuponer inutilidad o fragilidad

Frases como “eso ya no es para tu edad” o “mejor no te esfuerces” pueden parecer inocuas, pero refuerzan la idea de que las personas mayores no son capaces de aprender, trabajar o disfrutar de nuevas experiencias.

¿Cómo combatir el viejismo?

• Promover la educación intergeneracional: El intercambio entre generaciones es clave para romper barreras y fomentar el respeto mutuo.

• Cambiar la narrativa en los medios de comunicación: Mostrar a personas mayores activas, independientes y valiosas puede contrarrestar los estereotipos.

• Fomentar políticas inclusivas: Desde el ámbito laboral hasta el acceso a la tecnología, es esencial garantizar la participación plena de los adultos mayores en la sociedad.

Conclusión

El viejismo no solo perjudica a las personas mayores, sino que también limita el potencial de la sociedad para beneficiarse de su experiencia y sabiduría. Reconocer nuestros propios prejuicios es el primer paso para construir un entorno donde la edad sea vista como una riqueza y no como un impedimento.